lunes, 23 de noviembre de 2015

Por qué mis amigos acaban llorando cuando beben

El etanol es una molécula que hace malabares en el cerebro
Uno se toma un vinito y una cañita y otra y otra y (¿por qué no?) vamos a pasar a las copas: llega ese momento de excitación y euforia, la conversación fluye por doquier, se rompen las inhibiciones, las timideces, todo es estupendo y esto es una fiesta, mientras van cayendo tragos y tragos, se exalta la noche y la amistad y, de pronto, como una presa que se quiebra y libera toda el agua? uno se echa a llorar. A llorar como si no hubiera mañana. El alcohol etílico, el etanol, es una molécula curiosa. Dependiendo de la cantidad que ingiramos puede llevarnos de una leve y excitada euforia a una avería sentimental. ?En general, el alcohol es una sustancia depresora del sistema nervioso [sedante y tranquilizante: que disminuye la actividad cerebral, según el Instituto Nacional de Abuso de Drogas de EE UU], aunque a dosis bajas puede actuar como excitante?, explica el investigador David Rodríguez, profesor de la Universidad de Salamanca y autor del libro Alcohol y cerebro (Absalon Ediciones).
Todo tiene que ver con el funcionamiento químico de la masa gris. Los miles de millones de neuronas que se comunican dentro de nuestro cerebro lo hacen a través de los neurotransmisores, unos compuestos químicos que transmiten información de una neurona a otra neurona consecutiva y de los que seguramente han oído hablar con relación a la alegría, la tristeza, el amor o el deporte: la serotonina, la dopamina, las endorfinas, acetilcolina, etc. El alcohol, como las otras drogas, interfiere en esta comunicación. Las emociones se entremezclan.
Al atracón de alcohol, se le conoce como binge drinking, término que muchas veces asociamos con el botellón o con otro tipo de ingesta descontrolada. Un grupo de científicos de la Universidad Complutense de Madrid ha investigado los efectos de este tipo de consumo agudo en el cerebro y, además, han dado con una molécula que podría reparar los daños. Esta panacea se llama oleoiletanolamida (OEA) y es uno de los compuestos que se encuentran en el chocolate negro y es responsable de la saciedad. Resulta que tiene propiedades neuroprotectoras.
El equipo de la investigadora Laura Orío ha sometido a ratones a altas dosis de alcohol en poco tiempo (lo equivalente a cinco copas en tres horas, lo que puede hacerse en una noche de fiesta, es decir, una especie de botellón para los roedores). ?Ante este gran aumento de la concentración de alcohol en sangre se produce daño cerebral?, dice la investigadora Laura Orío, ?se produce una respuesta inflamatoria, el sistema inmune se activa de manera excesiva?.
Y resulta que la OEA actúa como un potente antiinflamatorio a nivel cerebral, inhibiendo la inflamación y las señales de daño. ?Esto podría mejorar los efectos negativos tras el consumo de alcohol (la resaca, hablando en plata) y ayudar con el síndrome de abstinencia en los alcohólicos?, concluye Orío.
El sistema límbico, según MedLine Plus, es el encargado de controlar los asuntos de la memoria y las emociones en el encéfalo (parte superior y de mayor masa del sistema nervioso central). Y, por supuesto, puede llegar a verse afectado cuando se bebe demasiado. Neurotransmisores entorpecidos, encéfalo alterado? Es por esa razón que muchas mañanas nos despertemos sin recuerdo de lo que ha ocurrido la noche anterior. Y también es por ese motivo que la noche anterior hayamos vivido en un carrusel loco de emociones: cambios de humor y emociones extremas. De ahí a acabar hecho un guiñapo y con los ojos húmedos hay un paso. El alcohol en exceso nos vuelve histriónicos. Si somos tendentes a la melancolía sin beber, la cosa no hará sino empeorar con unas copas encima.
Así, el consumo de copas puede proporcionar, primero, momentos de euforia y llanto antes de que aparezcan efectos no tan agradables, como la pérdida de capacidad motora, la descoordinación de movimientos, la alteración de la visión, el mareo generalizado, etcétera.  "Estos efectos depresores pueden llegar a causar que la persona caiga en coma, o incluso muera?, alerta Rodríguez: ?Sin embargo, es poco frecuente que lleguemos a este último punto, por la circunstancia de que alguien muy borracho ni siquiera puede llevarse el vaso a la boca. Un ejemplo del efecto depresor del alcohol es que cuando uno bebe mucho suele acabar en la cama o, directamente, dormido en el sofá con la tele puesta?.
A largo plazo, el alcohol moldea al cerebro a su medida. ?Este se adapta y es cuando se produce la adicción?, explica el experto, ?se llega a un momento en el que el alcohólico ya no bebe para obtener placer y relajación, sino porque es la única forma de estar normal, de reequilibrar su química cerebral. De que se le quite por las mañanas el temblor de las manos. Y hay que tener en cuenta que beber alcohol es una elección, pero ser alcohólico es una enfermedad?.
Hay que tener cuidado con el etanol, porque en España el consumo de alcohol está muy aceptado socialmente e integrado en la vida cotidiana, hasta el punto de que no se entienden celebraciones familiares o fiestas populares sin su ingesta. Pero la tendencia es buena: la tasa de alcoholismo se ha dividido por dos en los últimos 30 años y el consumo anual por persona se sitúa en 9,8 litros de alcohol puro, la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), quien ofrece estos datos. El equivalente a dos latas de cerveza al día (hay que tener en cuenta que estos datos son de media, es decir, incluyen a los abstemios. Luego el que bebe, bebe más).
Pero el gran problema, según señala Rodríguez, es que el primer contacto con el alcohol se produce a los 16 años, cuando el desarrollo del cerebro no está completado, y el 70% de ellos lo obtienen con facilidad en pubs, discotecas y supermercados. ?El tema del alcohol es algo que nos tenemos que plantear como individuos y como sociedad?, concluye el científico. Haya lágrimas o no de por medio.

Ponga un amigo delgado y alegre en su vida (lo dice la ciencia)

Los estudios destacan el poder contagioso de la felicidad. Y del miedo, el estrés o los kilos de más
¿Sabía usted que la soledad es un estado de ánimo que llega a transmitirse y, sobre todo, a asimilarse de forma involuntaria? Eso es lo que se deduce de los estudios del psicólogo John Cacioppo, de la Universidad de Chicago, en los que se afirma que las personas solitarias de nuestro entorno, ya sean vecinos, familiares o amigos, son capaces de ?contagiarnos? su propio estado anímico hasta el punto de hacer que acabemos también sintiendo esa sensación de falta de compañía.
Este dato nos lleva a suponer que este invierno deberíamos mantener una actitud de alerta porque, visto lo visto, no solo hemos de escudarnos contra los resfriados y las gripes ajenas. ?Las emociones se pueden contagiar. Y es fácil que suceda. Tenemos una tendencia a imitar y reaccionar ante los demás con los mismos comportamientos que vemos en ellos. En unas ocasiones se trata de gestos simples como el bostezo, y en otras, afecta a pautas más complejas como las emociones?, explica el profesor José Martínez Selva, catedrático de Psicobiología de la Universidad de Murcia, y autor del libro Comprender los celos; superar el sufrimiento (Paidós). Claro que hay emociones simples, como la alegría, la tristeza, el llanto o la ira, que se imitan más fácilmente que aquellas otras tipificadas como complejas, en las que podríamos encasillar la desgana, la indiferencia o los celos. Pero todas, como apunta el profesor, ?en principio tienen la misma facilidad para contagiarse o ser imitadas?.
¿Y por qué? Hay todo un argumento neuronal detrás. ?Cuando la persona ve a otra realizar una acción o expresar una emoción, no solo se activan las neuronas encargadas de percibir las acciones o las expresiones emocionales, sino que también se activan las de los sistemas cerebrales que intervienen en la realización o la expresión de dicha acción o emoción. Esto facilita que podamos imitar movimientos, adivinar y hasta sentir las emociones de quienes nos rodean?, matiza Martínez Selva.
Así lo atestiguan diferentes investigaciones y teorías a lo largo de los últimos años. Seis cosas que se contagian (y ninguna es la gripe).
1. El miedo, la violencia o enfermedades imaginarias. El sociólogo americano Robert Bartholomew está especializado en lo que se conoce como histeria de masas. Según sus investigaciones, no hace falta que exista una enfermedad física real para que el modo de sentir de un individuo que se cree enfermo se propague hasta generar un trastorno físico de grupo. De muestra, el mediático caso de las niñas colombianas que se desmayaban, una tras otra, después de haber sido vacunadas contra el Virus del Papiloma Humano. O un grupo de 20 adolescentes de la localidad neoyorquina de LeRoy que, en 2012, manifestó síntomas similares a los del Síndrome de Tourette sin una explicación lógica. En ambos casos, las investigaciones descartaron un causa biológica y el diagnóstico fue el mismo: psicosis colectiva, llamada también histeria psicogénica masiva. Este tipo de transmisión emocional puede llegar a ser tan fuerte que, como indica Martínez Selva, en algunos momentos, ?puede arrastrar a las personas a cometer actos violentos y vandálicos en grupo con consecuencias catastróficas?. Pues no solo se refiere a falsas enfermedades, sino a miedos infundados o ataques de violencia.
2. El estrés. Por mucho que se haya adiestrado en el zen, también usted corre el riesgo de dejarse llevar por los compañeros de trabajo negativos y estresados, pues según las investigaciones sobre la empatía y el impacto psicológico del estrés, de los profesores Buchanan, Bagley, Stansfield y Preston, de las universidades de St. Louis y de Michigan, en Estados Unidos, los seres humanos tenemos el don de captar el estrés ajeno, con las siguientes consecuencias para la salud física. Entre ellas, engordar en la zona abdominal, sobre todo si se es mujer. No solo tendemos a comer de forma más impulsiva y peor, sino que en situaciones de tensión constante, aumenta la producción de cortisol y automáticamente baja el nivel de testosterona, que es la hormona que en condiciones óptimas favorece la síntesis proteica y el desarrollo muscular, fundamental para combatir las lorzas.
3. Los picores. Quédese con esta afirmación del dermatólogo Gil Yosipovitch, y sus colegas médicos Schut, Grossman, Gieler y Kupfer en el informe Contagious itch: What we know and what we would like to know sobre el picor contagioso: ?Incluso una conversación sobre los picores o ver a alguien rascarse puede provocar el deseo de rascarse?. En sus investigaciones, las personas con dermatitis atópica fueron más proclives a experimentar picores cuando veían a otros sujetos rascarse la piel, pero los sujetos sanas también mostraron una tendencia a ello. Otra vez, según los expertos, el origen puede estar en las neuronas espejo: la base neuronal de la imitación.
4. La felicidad. ?Las personas positivas saben fabricar felicidad en ellas mismas y también en las de su entorno?, asegura José Carrascosa, psicólogo, especialista en entrenamiento emocional, rendimiento y bienestar, y director de Sabercompetir.com. Es decir, basta un sujeto feliz para que decenas de ellos o incluso cientos acaben sumidos en el mismo sentimiento de dicha. Esa al menos es la conclusión de los estudios del sociólogo Nicholas Christakis, de la Universidad de Yale, quien sentencia que tener un amigo feliz, aunque viva a 600 kilómetros de distancia, aumenta la probabilidad de que usted también acabe siendo feliz. Gran culpa de ello la tienen las redes sociales. Las investigaciones del propio Christakis sobre las influencias de los mensajes en Facebook son tajantes: ?Hemos confirmado que las expresiones individuales de emociones dependen de lo que otros expresen en sus cuentas personales de las redes sociales?. A mayor número de comentarios positivos, mayor número de personas motivadas por ellos.
5. El éxito. Como asegura el psicólogo Carrascosa, ?las personas exitosas contagian ilusión y confianza, tienen eso que llaman magnetismo, que es un intercambio emocional más allá de la lógica y de las palabras?. Aunque, seamos honestos, porque eso que a priori puede ser beneficioso conlleva también ciertos riesgos. ?Se tiende a imitar a las personas relevantes, que no siempre son los mejores modelos de conducta?, indica Martínez Selva. ?Los modelos sociales transmitidos a través de la cultura, la educación o los medios de comunicación, por ejemplo, facilitan que se imite su comportamiento, sus actitudes y sus emociones, pero la sociedad debe estar pendiente de cuáles son los modelos que se transmiten, porque es posible que sean los más imitados, y no siempre los mejores?. La gloria no deja de ser un término relativo.
6. Los kilos de más. James Fowler, científico social de la Universidad de California en San Diego, junto con el sociólogo y físico americano Nicholas Christakis, llegaron en 2007 a la siguiente conclusión después de realizar un estudio entre 12.000 adultos: las personas cercanas en amistad a alguien obeso tienen muchas papeletas de aumentar su peso. Según los investigadores, si uno de nuestros amigos comienza a estar ?gordito?, la probabilidad de que acabemos en la misma línea (por no decir talla) es del 57%. Los autores afirman que este contagio puede estar más relacionado con un cambio en la percepción social sobre la gordura, y no tanto en una contaminación psicológica del comportamiento, pero, por si acaso, aconséjele a su amigo que cuide su dieta y saldrán ganando los dos.

Diseñan un 'supermosquito' que bloquea la malaria

Más del 40 por ciento de la población mundial vive en zonas donde existe riesgo de contraer la enfermedad
Los avances genética han permitido diseñar un mosquito que bloquea al parásito de la malaria evitando así que se trasmita la enfermedad. Los investigadores de la Universidad de California (EE.UU.) , explican además que esta nueva cepa de mosquitos es capaz de introducir rápidamente genes que bloquean la infección en una población de mosquitos a través de su progenie. Este nuevo modelo es un nuevo paso en el deseo de establecer una población de mosquitos antipalúdicos con el objetivo final de erradicar una patología que enferma a millones de personas en todo el mundo cada año. Más del 40 por ciento de la población mundial vive en zonas donde existe riesgo de contraer la enfermedad.
Para lograr esta raza de ‘supermosquitos’ los investigadores utilizaron las nuevas técnicas de edición genética, gracias a la cual insertaron un elemento de ADN en la línea germinal de los mosquitos 'Anopheles stephensi', presentes en Asia. Y los resultados fueron sorprendentes; el gen que previene de la transmisión del paludismo se transmite al 99,5% de las crías.
El trabajo subraya la creciente utilidad del método CRISPR, una potente herramienta de edición genética que permite el acceso al núcleo de la célula para cortar el ADN con el fin de reemplazar genes mutados o insertar otros nuevos. «Esto abre la posibilidad de que esta técnica se pueda adaptar para eliminar la malaria», afirma Anthony James, de la Universidad de California Irvine.
Durante casi 20 años, el laboratorio de James se ha centrado en diseñar mosquitos anti-enfermedad con éxitos parciales en el dengue. A principios de este año, los biólogos de la UC San Diego Ethan Bier y Valentino Gantz trabajando con moscas de la fruta anunciaron el desarrollo de un nuevo método para generar mutaciones en ambas copias de un gen. Esta reacción en cadena mutagénica implicó el uso de CRISPR/Cas9 y permitió la transmisión de mutaciones a través de la línea germinal, con una tasa de herencia del 95 por ciento.
Los dos grupos colaboraron para fusionar los método de Bier y de Gantz con los mosquitos de James. Los genes antipalúdicos de Gantz se empaquetaron con una enzima Cas9 (que puede cortar el ADN) y un ARN guía para crear un «reproductor» genético que, cuando se inyecta en un embrión de un mosquito, se dirige a un punto muy específico en el ADN de la línea germinal para insertar los genes de anticuerpos contra la malaria. Para asegurar que este elemento que lleva los anticuerpos de bloqueo de la malaria había llegado al sitio de ADN deseado, los investigadores incluyeron una proteína que dio fluorescencia roja a la progenie en los ojos. Casi el 100% de la descendencia exhibió este rasgo, lo que James considera es un resultado sorprendente para un sistema de este tipo que puede cambiar rasgos heredables.
Este experto agrega que se necesitan pruebas adicionales para confirmar la eficacia de los anticuerpos y que esto podría conducir eventualmente a los estudios de campo. «Este es un primer paso importante-resalta-. Sabemos el funcionamiento de los genes. Los mosquitos que hemos creado no son la meta final, pero sabemos que esta tecnología nos permite crear de manera eficiente grandes poblaciones».

Aumenta el número de fallecidos en los hospitales

Un total de 186.717 personas fallecieron en los hospitales españoles en 2014, un 1,1% más que en 2013 (184.624). Las principales causas de estas defunciones fueron los tumores (24,
Se trata de un 1,1% más de fallecimientos que en el año 2013
Tumores, enfermedades circulatorias y respiratorias son las principales causas
Un total de 186.717 personas fallecieron en los hospitales españoles en 2014, un 1,1% más que en 2013 (184.624). Las principales causas de estas defunciones fueron los tumores (24,2% del total), las enfermedades del aparato circulatorio (21,3%) y las enfermedades del aparato respiratorio (18,2%), según la encuesta de Morbilidad Hospitalaria presentada este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En cuanto a las altas hospitalarias, en el año 2014 se produjeron 4.719.667, un 1,8% más que en 2013 (4.637.427), un incremento que marca la tendencia iniciada el año anterior tras cuatro años consecutivos de descensos. El número total de días ingresados por los pacientes dados de alta en 2014 ascendieron a 31,2 millones, un 1,3% más que en 2013.
El motivo más habitual de alta de un paciente fue la curación o mejoría (el 91,9% del total de altas); el 4,2% correspondió a traslados a otros centros u otras causas y el 4% a fallecimientos; el 61,2% de las altas hospitalarias del año 2014 ingresaron con carácter urgente, frente al 61% registrado en 2013; y la estancia media por alta hospitalaria fue de 6,61 días en 2014, lo que supuso un 0,5% menos que los 6,64 del año anterior - siendo estancias medias más prolongadas para tumores (7,94 días), las lesiones y envenenamientos (7,53 días) y las enfermedades del aparato circulatorio (7,52 días).
Por sexo, las altas de hombres aumentaron un 1,7%, mientras en las de mujeres crecieron un 1,8%, aunque el incremento fue del 2,3% si se excluye el embarazo, parto y puerperio. La tasa de morbilidad masculina aumentó un 2,2% y se situó en 9.737 altas por cada 100.000 hombres; en el caso de las mujeres, creció un 2% hasta 10.569 altas por cada 100.000 mujeres.
Por otro lado, en 2014 las altas atendidas en hospitales públicas aumentaron un 1,5% respecto a 2013 -siendo el 72% de las altas-; en los privados, el incremento fue del 2,6%. El número de días estancias aumentó un 0,4% en los hospitales públicos y un 4,1% en los privados; mientras que la estancia media en los hospitales públicos fue de 6,85 días (6,92 en 2013) y en los privados fue de 5,98 días (5,89 en 2013).
Las enfermedades circulatorias (13,2% del total) fueron la principal causa de hospitalización en 2014, por delante de las enfermedades del aparato digestivo (12,2%) y las enfermedades del aparato respiratorio (11,2%).
En las mujeres, los episodios de embarazo, parto y puerperio (19,7% del total de altas) fueron el motivo más frecuente. Le siguieron las enfermedades del aparato circulatorio (11,1%) y las enfermedades del aparato digestivo (10,3%).
En los hombres, el mayor número de hospitalizaciones fueron por enfermedades del aparato circulatorio (15,6% del total). Por detrás se situaron las enfermedades del aparato digestivo (14,4%) y las enfermedades del aparato respiratorio (13,6%).
Los grupos de enfermedades que registraron los mayores aumentos porcentuales de altas fueron las enfermedades del aparato respiratorio (4,8%) y las enfermedades infecciosas y parasitarias (3,9%). Por el contrario, los mayores descensos porcentuales respecto al año anterior se dieron en las altas por anomalías congénitas (-2,2%) y en las enfermedades del sistema nervioso y órganos de los sentidos (-0,6%).
La edad media de las personas dadas de alta en 2014 fue de 55,2 años (54,7 en 2013), siendo en hombres de 56,7 años y en mujeres de 53,8 años - aunque si descontamos los ingresos por embarazo la medía se sitúa en 59,1 años. El informe destaca que, desde 2006, la edad media de los pacientes ha ido aumentando año a año, lo que ha supuesto un incremento total de la edad media en ese período de más de cuatro años.
Los grupos de enfermedades que causaron más estancias hospitalarias fueron las enfermedades del aparato circulatorio (15,1% del total), los tumores (11,6%) y las enfermedades del aparato respiratorio (11,5%). Cabe destacar el elevado porcentaje de estancias hospitalarias motivadas por trastornos mentales (9,7% del total), frente al escaso número de altas con dicho diagnóstico (2,5%).
Según la media nacional se produjeron 10.160 altas por cada 100.000 personas - lo que supuso un aumento del 2,1% respecto al año anterior (en 2013 fueron 9.953 altas por cada 100.000). Así, las mayores tasas de morbilidad (altas por 100.000 habitantes) se produjeron en La Rioja (11.782), Aragón (11.689) y País Vasco (11.353).
Les siguen Cataluña (11.214), Asturias (11.064), Baleares (11.033), Madrid (10.857), Castilla y León (10.854), Navarra (10.782), Galicia (10.715), Comunidad Valenciana (10.278), Cantabria (10.231) y Extremadura (10.224). Por debajo de la medía nacional, Murcia (10.018), la ciudad autónoma de Melilla (8.476), Canarias (8.378), Castilla-La Mancha (8.378), Andalucía (8.271) y la ciudad autónoma de Ceuta (8.002).
Por grupos de enfermedades, los episodios de embarazo, parto y puerperio causaron la mayor tasa de altas hospitalarias en Andalucía, Región de Murcia y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Las enfermedades del aparato digestivo ocuparon el primer lugar en Comunidad de Madrid y Navarra. En Baleares la mayor tasa la causaron las enfermedades del aparato respiratorio. En las restantes comunidades, la mayor tasa de altas correspondió a las enfermedades del aparato circulatorio.
Las comunidades con un mayor porcentaje de altas correspondientes a hospitales privados fueron Cataluña (el 53,8% de las altas fueron en hospitales privados), Baleares (40,5%) y Canarias (36,3%). Por el contrario, las comunidades con un menor porcentaje de altas hospitalarias en la red privada fueron Castilla-La Mancha (6,2% de altas en hospitales privados), Extremadura (7,0%) y Castilla y León (11,3%)

Graban una ópera con sonidos de insectos

Una pareja de artistas catalanes han promovido la grabación de una ópera a partir de sonidos de insectos
Graban una ópera con sonidos de insectos
23/11/2015
El titular sorprende. Pero eso es lo que han hecho los artistas Esperança Cobo y Roger Conesa, que han grabado una ópera muy particular, pues su composición se nutre de sonidos de insectos grabados por la Universidad Complutense de Madrid.Art-thropólis, que así se llama el proyecto, es un experimento creativo que se compone de tres piezas musicales de entre dos y tres minutos. La ópera pivota sobre el banco de emisiones sonoras de artrópodos que gestiona el Departamento de Zoología y Antropología Física de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid. Un equipo de esta universidad graba y cataloga los diferentes sonidos, inaudibles al oído humano, de un extenso abanico de insectos, que han servido de materia prima para el proyecto artístico. Cobo y Conesa han trabajado con varios referentes culturales e hilos argumentales de la mitología griega y egipcia a partir de diferentes sonidos de artrópodos para crear pequeñas óperas donde el mundo musical humano se yuxtapone a la existencia de los insectos. En las tres piezas se podrá escuchar, por ejemplo, el revoloteo de las alas de una abeja, el zumbido persistente de un tábano enfurecido o un escarabajo nocturno que, según sus autores, tejen una especie de metáfora del universo.

Luis Miguel padece tinnitus

El cantante mexicano Luis Miguel ha cancelado sus últimos conciertos tras confirmar que padece tinnitus
El cantante Luis Miguel padece tinnitus
23/11/2015
El tinnitus es un problema auditivo muy desconocido. Y eso que afecta a un 8% de la población. No obstante, se da la circunstancia de que muchas personas que lo padecen no tienen ni idea de lo que les pasa. Sufren un molesto pitido o zumbido en el oído pero no saben qué es. Quién sí lo sabe es el cantante Luis Miguel, que ha cancelado sus últimos conciertos tras reconocer que tiene acúfenos. En una entrevista concedida al diario Clarín, el cantgante mexicano reconoce que padece tinnitus: "Es una situación complicada, pero tienen que pensar que yo empecé a los 9 años con esta carrera: con la música, los decibeles, los conciertos ... Entonces son más de 30 años expuestos a sonidos muy fuertes. Tuve que pasar por un tratamiento y afortunadamente ya estoy mucho mejor". El hecho de que Luis Miguel, uno de los iconos musicales en Latinoamérica, padezca tinnitus está contribuyendo a su conocimiento.  Se trata de un problema que no tiene cura ni se soluciona con fármacos. Hasta la fecha, el tratamiento más efectivo es la terapia de habituación, que consiste en acostumbrar el oído a determinados sonidos para que el pitido se interiorice a nivel subconsciente y no moleste.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Tocar un instrumento musical mejora la audición

Si se padece una pérdida de audición y se toca un instrumento musical, la capacidad de oír mejora.
Si se padece una pérdida de audición y se toca un instrumento musical, la capacidad de oír mejora.
Si se padece una pérdida auditiva y se toca un instrumento musical, parece mejorar la capacidad de detectar los sonidos cuando existe ruido de fondo, de procesarlos y recordar lo que se escucha, en comparación con aquellas personas con pérdida auditiva que no tocan ningún instrumento.
En particular, poder oír en entornos ruidosos supone un gran desafío para las personas con pérdida auditiva.
Un estudio realizado por la profesora Nina Kraus del departamento de neurobiología, fisiología y otorrinolaringología de la Universidad de Northwestern, en Illinois, Estados Unidos, ha descubierto que entre las personas con pérdida de audición, los músicos eran mejores a la hora de detectar, procesar y recordar los sonidos.
Los músicos ejercitan el cerebro
?Como músico, una de las características consiste en escuchar el significado, armonía y sonido del instrumento. Los músicos superan a los no músicos a la hora de recordar lo que han escuchado, y esta habilidad es necesaria para poder oír en entornos ruidosos,? explica Nina Kraus.
?Los nervios del cerebro de los músicos responden de forma más clara y precisa que los de los no músicos. Al aprender a tocar un instrumento, la persona desarrolla unas habilidades auditivas que mejoran su capacidad de oír los sonidos y el lenguaje,? añade.
Aprender a tocar un instrumento ayuda
En el estudio de la profesora Nina Kraus participaron 18 músicos y 19 no músicos, de 45 a 65 años, todos con pérdida de audición. Se evaluó su capacidad auditiva en entornos ruidosos, registrando la actividad eléctrica de los nervios del cerebro en respuesta al sonido, mediante la colocación de electrodos en el cuero cabelludo.
Aun cuando el estudio se centra en aquellas personas que han estado tocando un instrumento musical desde la infancia, la profesora Kraus sostiene que la capacidad auditiva podría mejorar incluso si en la edad adulta se aprende a tocar un instrumento.
El estudio se publicó en  la revista Journal Hearing Research.